1966: MANOLO SANTANA, PRIMER ESPAÑOL EN GANAR WIMBLEDON
Manolo Santana, mejor tenista español de todos los tiempos hasta la eclosión de Rafa Nadal, no era precisamente un desconocido cuando decidió participar en una nueva edición del torneo más prestigioso del tenis mundial, el Wimbledon.
La hierba del All England Tennis Club esperaba su regreso, desde 1963, año en el que llegó a alcanzar las semifinales en su segunda gran tentativa de vencer en el campeonato inglés, Manolo Santana sentía que Wimbledon le debía su gran día de gloria, y con ese convencimiento ganador estaba decidido a poner patas arriba el panorama tenístico, porque además tenía la opción de colocarse como número 1 en el ranking mundial en caso de llegar a conseguir tal empresa.
Manolo Santana habia devuelto a España la afición por el tenis, puesto que no brillabamos en este deportes desde hacía casi cuarenta años, cuando Lilí Álvarez alcanzó en 1929 por tercera y última vez la final en la hierba londinense, en las dos anteriores ocasiones tampoco logró imponerse, pero su gran determinación quedó para siempre en la retina del tenis español.
El tenista madrileño, antes de 1966, ya había logrado imponerse en dos ediciones del Roland Garros, en 1961 y 1964, y en el Abierto de Estados Unidos en la edición de 1965. Además de haber llegado hasta la final de la Copa Davis representando a la seleccion nacional en 1965, a la que sólo pudo hacer frente la todopoderosa Australia que nos derrotó en las antípodas de forma contundente por 4 victorias a 1.
Santana se había preparado a conciencia para la ocasión, y de forma relativamente cómoda se presentó en los cuartos de final, igualando su participación de 1962.
Y fue a partir de aquí donde a Manolo le llegaron los rivales más duros, el de cuartos de final, era el australiano Ken Fletcher, que en 1963 había sido finalista en el Abierto de Australia en modalidad individual y en dobles, habia llegado a ganar Roland Garros en 1964 formando pareja con su compatriota Roy Emerson. En la edición de 1966, en tercera ronda había conseguido deshacerse del también australiano John Newcombe.
Aun así, y tras un intenso partido, con un marcador final de 6-2, 3-6, 8-6, 4-6 y 7-5, el madrileño lograba por segunda vez alcanzar las semifinales del Wimbledon y daba un paso de gigante en sus opciones a proclamarse vencedor final.
Para las semifinales, su contrincante volvía a ser australiano, Owen Davidson (el dominio de aquél país por esta época era abrumador junto con los Estados Unidos), que había eliminado en los cuartos de final al gran Roy Emerson, y si, también australiano.
Tenía pinta de ser otro hueso duro de roer, y asi fué; aunque Manolo volviendo a hacer gala de su enorme competitividad y clase, consiguió imponerse en 5 sets, con un tanteo final de 2-6, 6-4, 7-9, 6-3 y 5-7, quedando asi pues,totalmente despejado el camino hacia su gran objetivo.
Y llegó el gran día, 1 de julio de 1966, el momento que tanto había estado esperando Santana, el All England Tennis Club esperaba al nuevo campeón, el que iba a sustituir en el palmarés al vencedor de 1965, el anteriormente mencionado Roy Emerson. El oponente de Manolo para la final iba a ser el norteamericano Dennis Ralston, con quien ya se había enfrentado el equipo español en la edición de 1965 de la Copa Davis.
Ralston había ganado en la categoría de dobles,el Wimbledon en 1960, el Abierto de los Estados Unidos de 1961, 1963 y 1964 y el Roland Garros de aquél 1966. Era un gran rival, pero tambien no era menos cierto que su potencial en individuales no era el mismo, a pesar de ser igualmente correoso. El partido iba a tener menos sets de los previstos, puesto que el tenista madrileño se impuso con un claro 6-4 en la primera manga, dejando bien a las claras lo fuerte que llegaba a la cita a pesar del desgaste de las rondas anteriores. Aunque lo más difícil le iba a llegar en un segundo set que se alargó hasta reflejar un 11-9 en el marcador a favor de Santana, que veía cada vez más cerca el triunfo final.
Triunfo que quedaría refrendado con un nuevo 6-4, en el que sería el tercer y definitivo set. Con ello, Manolo Santana pasaba a la historia como el primer español en levantar el trofeo de Wimbledon, que le otorgaría además subir hasta el 1º puesto en el ranking mundial de tenistas.
Era el triunfo, de la humildad, del sacrificio y de la perseverancia de un tenista que siempre tuvo claro que un día podría con aquellas pistas de hierba que se habían convertido en un territorio inexpugnable para el tenis español. Aun habiéndo de sacrificar su participación en Roland Garros, tanto en 1965 como en 1966, Santana vio su esfuerzo recompensado con la admiración del panorama tenístico internacional, y de todo un país, España, que le recibió como lo que era, un auténtico héroe adelantado a su tiempo. Aquel 1 de julio de 1966, en la hierba de Londres, sólo hubo un hombre y un nombre, el de Manolo Santana.
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